Científicos en Nueva Zelanda examinaron miles de estudios que abarcaban más de 40 años, e identificaron la fibra como un posible agente de cambio para aliviar y prevenir muchas enfermedades
Consumir alimentos que contienen gran cantidad de fibra estuvo relacionado con una incidencia hasta 24 % más baja de derrames cerebrales, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas, entre otros padecimientos
Según el estudio, consumir entre 25 y 29 gramos de fibra al día apenas es suficiente; los datos indicaron que consumir más podría generar un efecto más protector, y por lo tanto recomendable
Consumir alimentos altos en fibra que requieren mayor masticación y conservan su estructura básica en el intestino, puede satisfacer el antojo de alimentos e influir de forma positiva en los niveles de lípidos y glucosa, así mismo otorgar un sinnúmero de beneficios adicionales
Hay dos diferentes tipos de fibra, y ambos son importantes.
La fibra soluble se disuelve fácilmente en agua y se convierte en un gel en el sistema, donde de cierto modo actúa como una esponja, ya que se mueve sobre todas las hendiduras del colon y ayuda a ralentizar la digestión mientras que al mismo tiempo disminuye la velocidad de digestión de otros nutrientes. Los efectos positivos de la fibra soluble provienen de las acciones que fomenta y previene.
En esencia, la fibra insoluble —que no se disuelve— permanece intacta conforme se transporta por el colon. Además de carecer totalmente de calorías, ayuda a prevenir el estreñimiento porque “recolecta” los subproductos y líquidos indeseados; crea los desechos que eventualmente —y de manera óptima—serán eliminados del cuerpo como desechos.
Según la Academia de Nutrición y Dietética, 25 gramos de fibra por día son suficientes para las mujeres, mientras que, en el caso de los hombres, se recomiendan 38 gramos. Sin embargo, desde mi punto de vista, más es mejor, así que mi recomendación en el consumo de fibra es de 25 a 50 gramos al día por cada 1000 calorías consumidas.
Cuando los alimentos se “atoran” en el colon y no pueden ser eliminados, pueden causar un sinnúmero de problemas, entre ellos, dolor. Se ha demostrado que llevar una alimentación alta en fibra puede ayudar a prevenir y aliviar el síndrome de intestino permeable, que padece hasta el 80 % de la población en los Estados Unidos.
Este comienza en el intestino delgado e involucra toxinas producidas por alimentos sin digerir, lo que puede desencadenar alergias y algo peor.
Por fortuna, el alto consumo de fibra tiene pocos riesgos, aunque el estudio destacado indicó que las personas con bajos niveles de hierro o minerales, que consumen fibra en forma de pan, pasta o alimentos procesados podrían agotar aún más sus reservas de hierro.